lunes, 21 de julio de 2008
2008 - Judas Priest - Nostradamus
Si con “Angel Of Retribution” muchos pensamos que Judas Priest iban claramente a asegurar el tiro, con “Nostradamus” habría que decir que se han atrevido a disparar hasta con los ojos vendados. Y puestos a arriesgar e ir hacia delante, un grupo con más de tres décadas de historia se ha dedicado a hacer ahora su primer disco conceptual, su primer disco de estudio doble, y todos los arreglos que no habían hecho para sus numerosos discos anteriores, entre otras novedades.
Sólo por eso resulta admirable. Más teniendo en cuenta que no tenían ninguna necesidad de darse un trabajo de años y que la mayoría hubiera lanzado ya las campanas al vuelo con un disco más de diez temas directos empapados de cuero, tachas y dientes apretados. Más todavía si nos acordamos de cómo se tachó la reunión de Halford con Judas Priest de mera maniobra comercial.
Si en aquel momento pudo sonar creíble el argumento, “Nostradamus” lo desmonta. Porque el que sólo pretende sacar tajada no se esfuerza tanto ni se vuelve –¿por cuántas veces ya?- a reinventar, y porque si aún así apostara por reinventarse no lo haría para alejarse de lo que más fácilmente puede vender.
Y es que “Nostradamus” es desde el planteamiento un disco destinado a recoger golpes, y todo lo contrario de lo que hoy impera en el mercado. No nos engañemos, en un momento en el que un consumidor de música puede acceder a tantos productos como quiera con unos pocos clics, poco suele interesar facturar uno que necesite de tiempo y atención para poder degustarse. Para cuando haya tiempo, ya habrá otra media docena de estrenos.
En un momento en el que el consumidor medio escucha su música en reproductores portátiles mientras realiza cualquier otro tipo de tarea poco puede interesar una que en lugar de apostar por el volumen y los primeros planos directos se moleste en rellenar cada tema de matices que pasarán desapercibidos.
Y en un momento donde manda la información en cantidad y premura hasta el punto de que podemos leer una crítica del disco antes de que se publique no hay tiempo para ofrecerle a lo nuevo de los Priest antes de opinar sobre ello. Media escucha y ya tenemos una reseña, que para el siguiente ya no hará falta ni eso. Con este panorama, sólo hace falta añadir el cambio importante de sonido –algo que siempre resulta polémico en cualquier grupo que ya triunfara- para que muchos lo tiren por el suelo.
Afortunadamente, y aunque los “nuevos fans” que estén a la espera de otro “Painkiller” puedan haber salido corriendo, Judas Priest tienen una base de seguidores lo suficientemente fiel y madura como para responder al esfuerzo con dedicación, y muchos de ellos ya habrán podido a estas alturas comprobar que, efectivamente, se trata de un disco difícil y poco inmediato, pero que gana considerablemente con cada escucha atenta, que consigue un gran empaque como conjunto a pesar de la variedad, y que contiene momentos enormemente brillantes en varios terrenos, destacándose por igual la grandilocuencia épica y melódica de un “Future Of Mankind”, la acelerada rabia de “Persecution”, o la casi progresiva calma atmosférica de ese “New Begginings”, por poner algunos ejemplos. Aunque no todo nos convenciera por igual, tendríamos casi dos horas de música de la que rescatar seguro muchos momentos disfrutables.
¿Queremos oír un disco en el estándar más Priest? Por supuesto, esperemos nuevos para el futuro, y en el pasado tenemos auténticas joyas. Si estamos dispuestos a abrirnos a otra cosa, con “Nostradamus” -aunque sólo el tiempo dirá si acaba siendo un clásico o se queda en ese "disco maldito" que de momento apunta- nos han hecho un regalazo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario