jueves, 17 de julio de 2008
1982 - Demon - The Unexpected Guest
Algo se torció en la carrera de los Demon tras el lanzamiento de este disco. Es la única manera de explicarse el hecho de que una banda que había conseguido dos primeros trabajos tan espectaculares y acumulaba cada vez más notoriedad desapareciera rápida y casi totalmente de la primera línea del heavy/hard rock, hasta quedarse “sólo” en lo que hoy llamaríamos una banda “de culto” de su generación.
Encuadrados en la primera generación de grupos de la NWOBHM -esa que ya se venía gestando desde los últimos coletazos de los 70s- junto a Saxon, Iron Maiden, Diamond Head o Samson; Demon se habían abierto paso a base de un trabajo debut (“Night Of The Demon”, 1981) que no sólo llamaba la puerta de la popularidad gracias a la polémica que suscitó una portada y unas letras que se mostraban absolutamente fascinadas por el ocultismo, sino que demostraba musicalmente un empaque que pocos debuts de la época tuvieron.
Sus conciertos se llenaban entonces para ver a la que podía ser la nueva sensación británica –algo que se podía disputar en 1981 con Iron Maiden, aunque hoy no quede duda de quién se llevó el gato al agua-, atraídos por una escenografía llamativa que convertía el escenario en un cementerio o que caracterizaba a los músicos con grotescos disfraces de exageradas cornamentas.
“The Unexpected Guest”, su segundo disco, seguía el camino adelante en la misma línea de hard/heavy rock de gusto clásico, aguerrido y oscuro, salpicado de, siempre rocosos y tradicionales, cortes más afilados de metal, pero ahondaba en el atractivo de las melodías, que evidenciaban mucho trabajo, para conseguir un conjunto que además, sin ser fácil o accesible, derrochaba gancho. De esta manera, consiguieron un álbum en el que pocos son los cortes que no puedan considerarse claros singles potenciales, algo desde luego nada fácil, y que funcionaba como un todo coherente a pesar de tener espacio para múltiples registros.
Puede que, si los Demon hubieran seguido explotando esta senda unos años más, hoy hablásemos de ellos como uno de los más grandes nombres del heavy rock, de la misma manera que “The Unexpected Guest” sería sin duda uno de esos siempre recomendados discos imprescindibles.
Sin embargo, la dirección musical cambió a partir de aquí y su líder, Dave Hill –nombre que merece un capítulo a parte-, condujo a la banda hacia terrenos más cercanos al rock melódico y de gusto progresivo, dando peso a influencias como las de Pink Floyd. Éste es, cómo no, otro camino igualmente interesante, pero el grupo tardó tiempo en encontrar en firme el otro sendero, y de esta manera se desmarcó de la generación que los encumbraba y de unos seguidores que, en aquel momento, tenían suficientes novedades a ir descubriendo como para poder olvidarse de ellos a la que tuvieran un momento de indecisión. Puede decirse también, que en su carrera hacia esos otros estilos no siempre consiguieron desenvolverse tan bien como lo habían hecho en su premisa inicial (una prueba puede ser que los temas estrella de su repertorio sigan siendo los de los dos primeros discos), e incluso se podría añadir que D. Hill se preocupó más por desempolvarse el aura oscura y de que no se le relacionara con temas polémicos que de afianzar un nuevo registro.
A pesar de todo eso y de los cambios de formación, Demon a mantenido una carrera larga y más o menos estable, pero siempre desde entonces separada de la popularidad y del género que les vio nacer.
Hay que respetárselo a quien siempre estuvo al frente, pero no son pocos los que no dudan de que él mismo, Dave Hill, sería hoy de haberse cumplido la hipótesis anterior –y a tenor del potencial que demostraba en el primer y, especialmente, en este segundo disco- una figura del status de gigantes como Bruce Dickinson, por citar a uno de su generación. El que crea que esto es una exageración, que escuche con atención “The Unexpected Guest”, y se dará cuenta de que firma una de las actuaciones más grandiosas que se han escuchado en un álbum de clásico heavy rock. Pero tampoco nunca, por más lejos que estuvieran de la popularidad, abandonó a sus Demon, no en vano acabaron siendo casi su proyecto personal, a pesar de que sí llegara a firmar un disco sólo bajo su propio nombre.
Volviendo al disco, y en un intento de descripción para el que no los conozca, podría decirse que promulgaba a la vez una rocosa solidez teñida de oscuridad y dejaba espacio al hard rock –hablando siempre del clásico, setentero- más atractivo, en un resultado que puede considerarse a medio camino de los Black Sabbath del “Headless Cross” (esos que estaban metidos en el heavy clásico de los 80s pero queriendo recuperar la oscuridad inicial) y los Rainbow del “Down To Earth” (ese hard rock más efectista que el de la etapa de Dio y dominado por una voz rockera, en ese caso la de Graham Bonnet), sin que obligatoriamente estas fueran sus referencias (por ejemplo, “The Headless Cross” es un disco años posterior).
El sonido, además, era mejor que la media de las producciones de la época (y espectacular en la edición remasterizada), y la interpretación impecable, destacándose por encima de todo y como se viene diciendo, las voces de Dave Hill.
Para los temas, que podrían ser en muchos casos absolutos clásicos del heavy rock de haber proseguido su suerte popular, repasemos el track list:
1. An Observation
Una intro para situar el ambiente oscuro desde el comienzo del disco.
2. Don’t Break The Circle
Primer tema y primer bombazo, en un corte dinámico y heavy rock de estribillo hímnico, melodías envolventes y pesadas guitarras que han versionado posteriormente varias bandas, siendo especialmente famoso el cover que hicieron Blind Guardian en su “Follow The Blind”.
Repasemos como sonaba muchos años más tarde (2007) y en directo:
3. The Spell
Algo más lento pero igualmente espectacular, un hard rock a medio tiempo de bonito ambiente para poner con excelente resultado lo que puede ser la nota más accesible (y una de las más atractivas)del trabajo. De nuevo excelentes melodías y fenomenal trabajo vocal.
4. Total Possession
Otro hard rock, aquí más rápido, dinámico e inundado de tradición setentera aunque, eso sí, de sonido más pesado, que sigue incidiendo en los ritos y la temática ocultista.
5. Sign Of A Madman
Y en esa línea de hard clásico -más acentuada- en versión oscura y pesada, pero con dosis extra de gancho, otro corte de estribillo memorable. A destacar que hasta aquí todos los temas funcionen perfectamente como singles.
6. Victim Of Fortune
Algo más bajo en cuanto a gancho quizá que los anteriores, pero de impecable trabajo, solos espectaculares y tradicional sonido heavy rock, dando peso a lo aguerrido para dar variedad al disco...
7. Have We Been Here Before
...Antes de que “Have We Been Here Before” rompa con el que es probablemente el single más claro, que sin embargo –o por ello- es un corte más animado y de gusto hard n heavy más ochentero.
8. Strange Institution
Mucho estilo en las guitarras –en todo el disco, aunque destaquémoslo especialmente en esta parte- en el corte más melódico, -una medio balada- de nuevo dominado por unas espectaculares líneas vocales.
9. The Grand Illusion
Uno de los temas más grandes. Heavy en la tradición Priest pero envuelto en maldad, de estribillo memorable y mucho, mucho ambiente misterioso.
10. Beyond The Gates Of Hell
Y otro heavy rock en esta línea, en este caso de ritmo más lento, de los que más pueden recordar al citado “Headless Cross” de Black Sabbath en estilo. Es casi obligación tener que repetirse destacando el trabajo de Dave Hill. Enorme.
11. Deliver Us From Evil
Y para cerrar un tema heavy metal más cercano a los primeros Iron Maiden, muy entretenido y de nuevo con mucho gancho.
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