martes, 15 de julio de 2008

1976 - Thin Lizzy - Jailbreak


En ese espacio entre los grandes dinosaurios del rock de los primeros setentas y la irrupción de la NWOBHM en el albor de la siguiente década; por encima de las modas, del punk o de las radiofórmulas, pero al mismo tiempo –y no es fácil- respetados al máximo por todos, Thin Lizzy fueron, y en el sentir de muchos seguirán para siempre siendo -por muchos millones de discos más que pueda vender U2- la gran banda irlandesa de la historia de la música. Y más habría que decir. Thin Lizzy fueron y son una de las más reputadas bandas de la historia del Rock.

Es difícil encontrar otro ejemplo de un grupo que suscite buenas críticas de todo el que lo conozca, de uno que se identifique siempre con la calidad, con la clase, con una personalidad y un “feeling” propio y personal. Y todo eso sin que hayan permanecido en los medios más allá de su retirada en los primeros 80s y sin haber representado nada desde entonces para el gran público.

Thin Lizzy fue una banda peculiar en todo, empezando por el hecho de que su santo y seña –el desaparecido Phil Lynott- fuera un negro irlandés hijo de inmigrantes y acabando por su sorprendente ritmo en la publicación de discos, por el tratamiento casi poético de las letras o, por ejemplo, por esas “twin guitars” de las que casi tienen la patente.

Si hay un disco con el que se identifique popularmente a Thin Lizzy y a todas sus peculiaridades ese es “Jailbreak”. El que fuera el trabajo con el que alcanzaron el éxito masivo es la razón evidente (fue su primer álbum en entrar en el Top 10 de las listas de UK, algo que luego repetirían más asiduamente), además de que contuviera el tema que fue su estandarte durante mucho tiempo -“The Boys Are Back In Town”, número 1 en las listas de Irlanda y 8 en las de UK- o de que sirviera para consolidar definitivamente un estilo que venían definiendo desde el principio de los 70s y que había escalado su último paso con el anterior “Fighting”, en buena parte gracias al asentamiento de la fenomenal pareja de guitarras que formaban Scott Gorham y Brian Robertson. Es posible encontrar guitarras más técnicos, pero difícilmente se pueden encontrar dos guitarras que evidencien tanto entendimiento.

“Jailbreak”, además y para redondear su legado, se mostraba maduro, suficientemente atractivo en melodías para el público, suficientemente experimental para los oídos más selectos, suficientemente abierto para hacerse variado y adictivo, e impecable en la interpretación.

Para entonces, Lynott ya ejercía un liderazgo que se había ido ganando con el tiempo y dominaba absolutamente la composición, además de encargarse de conducir cada tema desde el bajo y darle ese carisma personal con su inconfundible timbre grave y su relajado estilo vocal. En esos años su figura se había ido agigantando y había quien le quería considerar, a medio camino entre el sarcasmo y la descripción, como el Bruce Springsteen Negro. El enorme talento y estado de inspiración que demostró en “Jailbreak” acabó con cualquier asomo de crítica y lo alzó para esa misma crítica a la categoría de ”poeta del rock”. La vida no había sido fácil para Lynott –ni lo siguió siendo, recordemos que murió en 1986 por su adicción a las drogas y ya con sus Thin Lizzy retirados- y sus letras se inundaban de esa problemática social, muchas veces entrelazada con bonitas historias de amor y desamor.

De todo eso y mucho más hay en “Jailbreak”, por lo que merece un despiece:

1. "Jailbreak" (Lynott) – 4:01
Uno de esos cortes no solían ser muy habituales, pero en los que siempre conseguían resultados fabulosos: un hard rock que hoy asociaríamos a la tradición más AC/DC si no fuera porque cuando fue escrito AC/DC no eran más que unos novatos. El punto diferencial lo ponen las líneas vocales de Lynott, que cantan una noche de “ligues” desde su particular y ambiguo punto de vista.

2. "Angel from the Coast"(Lynott, Brian Robertson) – 3:03
Enorme trabajo de guitarras y sobresaliente también de la batería de Brian Downey, que se hace aquí más que presente, en un tema dinámico, técnico, afilado, y a la vez sutil.

3. "Running Back"(Lynott) – 3:13
Cambio hacia el sonido más radiable en “Running Back”, un tema que sin embargo lejos de irse hacia lo más fácil consigue hacer de lo más “fácil“ algo sencillamente mágico. La nostalgia hecha música en un medio tiempo que es difícil sacar de la cabeza.

4. "Romeo and the Lonely Girl"(Lynott) – 3:55
Más melodía “accesible”, con una especialmente brillante actuación vocal de Lynott.

5. "Warriors" (Lynott, Scott Gorham) – 4:09
Y vuelta al hard rock, aquí en su versión más potente, con S. Gorham apabullando a base de buenos riffs y B.Robertson maravillando con el pedal del wah-wah.

6. "The Boys Are Back in Town" (Lynott)– 4:27
El single comentado anteriormente, reconocible de inmediato por su famoso estribillo y sus todavía más famosas guitarras.

7. "Fight or Fall" (Lynott)– 3:45
Otro medio tiempo de gusto melódico en la tradición Thin Lizzy.

8. "Cowboy Song" (Lynott, Brian Downey) - 5:16
Y uno más con entrada lenta y progresiva intensificación, de nuevo de fuerte carga nostálgica y una letra de lo más conseguida.

9. "Emerald" (Gorham, Downey, Robertson, Lynott) – 4:03
Por último, el corte que da rienda suelta a la otra influencia (a parte del hard rock y el rock más melódico, por supuesto) de Thin Lizzy, la tradición irlandesa. Algo de folk entonces para añadir a otro rock fibroso y final a lo grande de un disco enorme.

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