sábado, 26 de julio de 2008

1983 - AC/DC - Flick Of The Switch


"Flick of the switch" es el caso claro de ese disco que, siendo una aparente decepción en su momento, gana al recuperarse con el tiempo. ¿La razón? Puede que la falta de singles claros, algo a lo que los AC/DC de entonces no nos tenían acostumbrados, fuera demasiado lastre al compararse con los discos inmediatamente anteriores, pero el tiempo puede ayudar a valor las cosas en conjunto.

Situémonos. La trágica baja de Bon Scott había sido un duro golpe del que su carrera musical pareció salir bien parada en un primer momento, con el lanzamiento del genial “Back In Black”. Eso sí, un año más tarde, “For Those About To Rock” dejaba las primeras dudas presentando un conjunto que, aún teniendo algunos de los temas más grandes que habían escrito nunca, fue visto por la crítica como un trabajo irregular. Y esa misma crítica ha ido asentando con el tiempo la idea de que ése fue el primer punto de su declive, y que hasta finales de los 80s (“Blow Up Your Video”) o, especialmente, principios de los 90s (“The Razor’s Edge”), la carismática formación no empezó a levantar cabeza, asentándose desde entonces como uno de esos grupos veteranos que sólo publican discos a intervalos grandes de tiempo, pero haciendo siempre alarde de conocer mejor que nadie su estilo.
“Flick Of The Switch”, por tanto y para gran parte del sentir popular, es el arranque definitivo de su etapa más baja.

¿Qué cambiaba en este disco con relación a los anteriores?
Lo y primero y ya comentado, la apuesta por un conjunto regular y homogéneo en contra un puñado de "singles". Pero ya que esto es algo que, como se ha dicho, puede chocar de primeras pero el tiempo acaba por curar, ¿qué más?
La pretensión de sonar más austeros y crudos. Malcom Young, viendo el cambio del panorama musical del momento y el estado de la banda, debió querer recuperar un sonido más sucio y agresivo a lo “Let There Be Rock”, en detrimento de las brillantes producciones de los discos posteriores. Para ello, no dudó en prescindir de su entonces habitual productor Mutt Lange.

La limpia, además, no se quedó ahí, y el núcleo fuerte del grupo (los Young, claro) quiso renovar a parte del equipo que los acompañaba, incluyendo al batería Phil Rudd. Lo de Rudd, eso sí, pareció responder a algo de tipo "más personal". Pero el fichaje del más rudo Simon Wright para sustituirlo –aunque no llegara a tiempo de grabar- sí que parecía seguir la línea trazada.

A tenor de todo esto, el resultado debió ser lo que pretendían los Young: un disco compacto, tosco (hasta en la portada), fiero y rockero. El problema fue que, al parecer, no era lo que pretendía la mayor parte de su público ni la crítica.
Parece ser que ellos mismos no tardaron en comprenderlo, y fuera de la gira de presentación del propio “Flick Of The Switch”, no se ha esuchado en directo otro tema de este disco. Maldito desde entonces, pocos son los que se han atrevido a reivindicarlo, pero lo cierto es que años y escuchas más tarde las críticas no parecen tener tanto fundamento, al lado de cómo se han ido asentando otros de sus álbumes.
De hecho,  puede que sea uno de sus trabajos más sólidos desde el imprescindible “Back In Black” hasta el momento actual. El que dude de ello y tenga un momento, que repase la "cara A" del disco. Sinceramente, ¿algo así no sería recibido hoy en día como todo un éxito?

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