jueves, 1 de enero de 2009

1982 - Riot - Restless Breed

Si el nombre de Riot ya pasa por ser el de una de las formaciones más infravaloradas de la historia del metal (no hay duda de su influyente papel de pioneros en el metal clásico americano desde los últimos 70s, a veces comparado incluso con el que desempeñaron los mismísimos Judas Priest en Europa, pero sin embargo nunca han gozado de gran éxito o nombre a nivel popular), el de “Restless Breed” es además el de uno de sus trabajos más desconocidos, encuadrado en una época de transición entre los primeros y respetados discos, encabezados por la voz de Guy Speranza, que culminaron con “Fire Down Under” –prodigio de metal afilado para la época- y el resurgimiento de ese metal más poderoso que abanderó “Thundersteel” con la entrada de Tony Moore como cantante.

En medio, “Restless Breed” –y el siguiente “Born In America”-, apostaban por un heavy rock de corte aguerrido y rockero muy deudor de los Judas Priest de “Hell Bent For Leather” (especialmente) y “British Steel”, realzando este aspecto por las voces del nuevo y poco longevo en la banda Rhett Forrester, que con su interpretación dura y rasgada se acercaba al glorioso Rob Halford de aquella época.
Quizá fuera precisamente ese carácter menos “innovador” lo que se pudo echar en falta tras unos comienzos tan prometedores, o sencillamente –y más probablemente- la explosión de nuevos grupos americanos de los primeros 80s tapó –como por el contrario no llegó a hacer la NWOBHM con los Priest- parte del cartel de sus maestros.

Pero a pesar de todo, ahí quedaron “Hard Lovin’ Man” o “Loanshark” –dos soberbios trallazos que no sólo encajarían a la perfección en el citado “Hell Bent For Leather”, sino que resultarían también allí otros dos temas estrella-, junto a un bonito conjunto de temas en el que hay espacio para el aire distinto de la versión de los Animals “When I Was Young” o el clásico tema del título, en el que se deja ver a la vez el gusto por los Black Sabbath de R.J. Dio.
Que sirva este tema entonces como recuerdo de una época que mereció más suerte, y de un vocalista que también acumuló méritos sin conseguir relevancia, al que por la locura de la violencia ya hace años perdimos para siempre.

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