Su discográfica debió pensar que no merecía la pena apostar por la distribución de un disco debut tan americano en Europa, y a pesar de que su lanzamiento fecha del verano del 2006 en los USA poco hemos visto de Black Stone Cherry por estas tierras hasta tiempo después. Pero parece que se van arreglando cuentas pendientes y por muy debut que sea “Black Stone Cherry” ya ha dado suficiente nombre en los Estados Unidos a este grupo y ha demostrado el suficiente empaque para que, por lo menos los más aficionados al hard rock de pura “tradición yanqui”, lo estén considerando también aquí como un futuro clásico del género.
Es cierto, eso sí, que no se trata de un disco “tradicional”, sino que lo de “hard rock americano” es en este caso es un término que se extiende ampliamente para recoger todo tipo de sonidos en una fórmula única y original que, probablemente, es la responsable de los elogios que han recibido (y dicho sea de paso, de las críticas de los más puristas).
De Lynyrd Skynyrd a Metallica, pasando por Soundgarden o Pearl Jam, muchas son las influencias que se les han otorgado para describir su rock potente, denso, rudo y de orientación metalera, empapado además de melodías de corte sureño. Zakk Wylde y su “Pride And Glory”, por ello, podría ser la referencia a la que se les podría acercar si se tratara de resumirlo en un solo nombre (de hecho hasta la voz guarda cierto parecido), pero estos cuatro chicos de Kentucky parecen muy a gusto también en terrenos más heavys y pesados.
Sea como sea, han conseguido que esta naturaleza ecléctica no se presente como una excentricidad sino, más bien al contrario, quede representada en un conjunto extremadamente sólido y –mérito doble- homogéneo aunque para nada muy accesible. Vista la orientación de su segundo disco ya publicado, quizá esto último es algo que han querido cambiar a favor del calado que pueda tener en los medios, pero la escucha atenta de los dos discos dice a las claras que es el disco debut el que derrocha tal personalidad y fuerza que acabará convertido en cita obligada cuando años allá se repasen los clásicos que dejó esta década. A golpe de fuerza nos lo aseguran “Rain Wizard” -abajo en directo- o “Crosstown Woman”, junto a todo un listado de temas que machaca una y otra vez, así como la sencilla magia de momentos de respiro como “Hell And High Water”. Hagámosles caso.
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