sábado, 10 de enero de 2009

1987 - Black Sabbath - The Eternal Idol

Muchas de las más grandes bandas han pasado épocas “complicadas”, pero sólo algunas han podido entonces seguir publicando grandes trabajos, más allá de problemas como la inestabilidad en la formación o el olvido de los medios.
Si hay un ejemplo claro de este caso, ése es el de Black Sabbath en su época post-Dio: tanto en la incertidumbre por el futuro de un grupo en descomposición y sin más referencia que T.Iommi como en el desprecio que ha sufrido históricamente, supone desde su primer intento con Gillan hasta su etapa con T.Martin a las voces todo un camino de lo más tortuoso.
Pero hasta dentro de esta época de grandes “discos malditos” se puede destacar a un álbum concebido y publicado en circunstancias especialmente extrañas: “The Eternal Idol”.

Para situarse un poco: tras un “Seventh Star” que ni siquiera iba a salir publicado bajo el nombre de Black Sabbath, el bajista Dan Spitz parece adquirir peso en la nueva e inestable formación y presenta a Iommi –aunque se dice que el que lo llevó ante el guitarrista fue la novia de Spitz- a un cantante llamado Ray Gillen.
Se le hace una prueba a escondidas de Glenn Hughes, que había cantado en el disco anterior y participaba en el tour, en el mismo autocar de la gira. Gillen termina sustituyendo a Hughes en la gira y sobre la marcha y con la sangre nueva se componen nuevos temas de los que se conservan varias demos (bajo estas líneas se puede escuchar la del tema del título, comparada con el posterior resultado definitivo), pero las cosas no funcionan internamente y Spitz es sustituido por Bob Daisley, con lo que Gillen, su recomendado, se molesta y de paso Eric Singer, el batería, se le une en el desencanto por del descalabro que por entonces era Black Sabbath.
Ellos dos se unen al margen para comenzar una nueva andadura que acabaría por llamarse Badlands y primero Gillen, que deja a Iommi, Singer y Daisley junto al teclista Geoff Nicholls grabando un disco ya casi preparado sin nadie para cantar en él, y luego Singer, abandonan definitivamente.
Para colmo, Daisley tampoco ve futuro en el asunto y huye de una banda por entonces maldita. Para salir del paso, Iommi recluta a un conocido, Tony 'The Cat' Martin, que cantaba en la banda AOR Alliance para que grabe las voces del álbum y, a fin de cuentas, este es el momento en que por fin le sonríe la fortuna: Tony Martin acaba por ser el abanderado de la tercera gran época de Black Sabbath, siendo el frontman del veterano grupo ya durante años.


The Eternal Idol (Ray Gillen)


The Eternal Idol (Tony Martin)


La alianza daría muy buenos resultados en la composición y a pesar de la falta de popularidad de esta era T.Martin ha acabado por ser reconocido como el magnífico vocalista que es, siendo muchas veces comparado en estilo con el mismísimo –y protagonista de la anterior “gran época sabbática”- Dio, pero “The Eternal Idol” había sido preparado con otros planteamientos –Martin se encontró ya un disco compuesto- y el resultado tiene ese punto de particularidad y variedad anterior a lo más asentado de los dos discos posteriores, lo que suma sin embargo un valor en “rareza” que lo coloca entre los más notables discos “de culto” y para nada resta en calidad.
Es Black Sabbath, al fin y al cabo, y esta vez con momentos para el gusto de los amantes de la época de Dio, de Ozzy y hasta de algo más allá.

No hay comentarios: