Fiesta y desenfreno, estribillos y coros ultra-pegadizos, puestas en escena orgiásticas, letras explícitas y provocadoras, actitud macarra... todo eso y mucho más es lo que había representado W.A.S.P. desde que iniciara su fulgurante carrera en los primeros 80s.
Y sin embargo, en el momento en que Blackie Lawless –principal “mastermind” del asunto- se quedó sólo, optó por abordar el proyecto más serio y trabajado, o –en una palabra- maduro de su trayectoria.
No nos engañemos, las señas de identidad de W.A.S.P. siguieron intactas, y la evolución con su disco anterior, “Headless Children” (que ya asume un estilo más comedido y puramente heavy metal que esos maravillos trallazos de heavy rock para sacudir la cabeza que son sus primeros discos) también resulta de lo más coherente, por lo que cabe pensar que el terreno se venía preparando de lejos. Pero ante la desbandada de Chris Holmes (hasta entonces el otro gran responsable del grupo), Blackie no se achantó y optó por demostrarle al mundo que él “era” W.A.S.P. y que W.A.S.P. era capaz de lo mejor. ¿Y qué mejor forma de demostrar esas intenciones ambiciosas que con un disco conceptual, puesto que esto siempre ha sido en el mundo del rock y el metal signo de grandilocuencia y enorme trabajo tanto musical como letrístico?
Que Lawless se lo tomó como un proyecto y una reivindicación “personal” (no en vano inicialmente lo encaró como un disco en solitario, aunque la finalmente la “marca” W.A.S.P. se consideró un activo comercial demasiado potente como para ser desechada) lo demuestra el hecho que de lo manejara todo al más mínimo detalle: compuso, arregló y produjo todos los temas, y grabó las voces, el bajo, los teclados y algunas guitarras (incluyendo todas las acústicas, que en el disco son muchas), sólo dando la guitarra líder a Bruce Kulick para que ensalzara su trabajo añadiendo todo tipo de filigranas y solos marca de la casa, y la batería a dos expertos en la materia, que hacen un trabajo espectacular y de primer plano, apabullando con su sonido y dando al disco una marca muy característica con todos esos redobles: F.Banali (viejo conocido y popularmente asociado a Quiet Riot) y S.Howland (hoy conocido por su trabajo con Blackfoot, Impelliteri y Lita Ford).
Para las letras, escogió como historia la vida, miserias y tragedia de una estrella del Rock, un tema ya explorado en estos terrenos (¿alguien ha dicho Pink Floyd?) pero que da al álbum un enfoque de lo más serio y emotivo, por momentos triste y siempre muy bien hecho, que –en esto sí- se aparta de las habituales letras de W.A.S.P. en su primera época. Reflejado en la vida de Jonathan, Lawless repasa el ascenso y caída por el que muchos nombres célebres han pasado en la vida real, y lo consigue en un álbum que puede ser una de mayores expresiones (muchos dirían “la mayor”) del heavy metal clásico norteamericano, así como, también posiblemente, la última gran obra de este género, o como mínimo de su etapa dorada. Repasémoslo:
1. "The Titanic Overture" (Blackie Lawless) – 3:23
Una entrada progresiva en intensidad que anuncia elementos que irán apareciendo en el disco, como corresponde a una obra conceptual de esta magnitud, y que deja las expectativas por todo lo alto a base de redobles de batería y un muy emotivo trabajo vocal.
2. "The Invisible Boy" (Lawless) – 4:04
Primer trallazo heavy metal, en el que se nos explica como la frustación familiar de Jonathan acaba por empujarlo a irse de casa.
3. "Arena of Pleasure" (Lawless) – 4:06
La entrada del protagonista en la gran ciudad y en el mundillo de la música sube un punto en esa característica intensidad W.A.S.P. con otro tema de desbordante sonido, un impresionante riff, fabuloso estribillo y ritmos cabalgados.
4. "Chainsaw Charlie (Murders in the New Morgue)" (Lawless) – 7:36
Y cúlmen de esta primera parte del disco con el que fue primer single, y con otra subida más en intensidad -¿era posible?- y un mastodóntico tema rebosante de energía que arrolla con sus melodías y clava el estribillo en lo que es casi una definición de heavy metal. El éxito ha llegado para Johnathan.
5. "The Gypsy Meets the Boy" (Lawless) – 4:08
Un respiro en la descarga y vuelta a las acústicas que tanto brillo dan a este disco poniendo el contrapunto a lo energético de temas como los anteriores. Mucha emotividad para el relato de tragedia que la gitana adivina en Jonhathan.
6. "Doctor Rockter" (Lawless) – 3:43
Si hay un tema que rescate el sonido de los primeros discos de W.A.S.P. ése es “Doctor Rockter” con su “brutal accesibilidad”. Gancho a raudales, mientras Jonathan descubre las drogas.
7. "I Am One" (Lawless) – 4:27
Aguerrido también, pero en una forma más cercana al punto donde lo dejó “Chainsaw Charlie”, “I Am One” simula sonido directo para presentarnos a Jonathan descargando rabia en su máximo apogeo. No hace falta decirlo: redobles, ritmos cabalgados, estribillo con gancho, solos a rabiar... El tipo en una estrella, y le espera la caída.
8. "The Idol" (Lawless) – 5:20
Entramos en la recta final con un sentido tema que en un registro muy diferente no baja el listón del anterior. Podemos escucharlo a continuación.
9. "Hold on to my Heart" (Lawless) – 4:14
Y pasamos a la balada más clásica para redundar en el derrumbe de la vida de Jonathan. A destacar el trabajo vocal de Lawles, tan capaz de arrollar con esas voces dobladas y agresivas de buena parte del disco, como de conmover con su interpretación en este tema.
10. "The Great Misconceptions of Me" (Lawless) – 9:29
¿Qué podía faltar? Pues el cierre más grandilocuente posible, repasando todos los terrenos tocados, desde la balada a lo más aguerrido, retomando riffs y melodías de los cortes anteriores, y un final con un sentimiento tan mágico como estupendo para recordar. La guinda a un disco tan enorme que sasta a W.A.S.P. le costó reponerse y volver a estar a la altura.
Y sí, puede que sus primeros discos entren más directos a la sesera del oyente, pero es imposible no apreciar esto.
domingo, 31 de agosto de 2008
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1 comentario:
Me reitero: excelente tu blog, como dices en el encabezado para leer sobre lo que nos gusta. No es simplemente un blog para colgar discos y bajar sin tener idea de lo que vas a escuchar. Felicitaciones.
Con respecto al disco no hay duda alguna que es el ultimo gran clasico de la era dorada del Heavy Metal, un disco que nadie esperaba de una banda como esta; es decir una banda tan superficial en sus inicios, que no mala, solo superficial.
Un saludo desde Colombia.
gabriel.agudelo@gmail.com
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