Será porque aquí sí que parece haber un líder claro que dé coherencia a todo lo que se plantea y con una idea igualmente clara de la música que quiere hacer, o porque se ha sabido dar moderado pero importante espacio a cada uno desde esa producción de gusto tan detallista pero sutil, pero esta vez, a diferencia de tantas otras veces que se ha empezado hablando de “super-grupo”, la suma de los talentos de varios reputados músicos sí que ha resultado una verdadera “adición”.
El líder, casi evidentemente, es ni más ni menos que Glenn Hughes. Y si con esto ya tenemos excelencia a la voz y el bajo, el resto de factores de la suma no dejan de ser llamativos y llevan por nombres Joe Bonamassa (ese mismo bluesman y genial guitarrista que nos ha dado, no hace mucho, uno de los mejores discos de lo que va de año y que ahora vuelve a firmar la mayoría de temas junto a Hughes), Derek Sherinian (un teclista que acumula en su trayectoria tantos trabajos, desde los que hizo con los progresivos Dream Theater hasta colaboraciones con Alice Cooper, KISS o Yngwe Malmsteen, que hace imposible una mención completa alejada del asombro) y Jason Bonham, el hijo del desaparecido batería de Led Zeppelin que ha ocupado ese mismo puesto en numerosas formaciones de todo tipo, incluyendo colaboraciones anteriores con el propio Bonamassa.
Hechas las presentaciones, hay que decir que el resultado de esta operación realmente afortunada es Black Country Communion, y que presenta un debut brillante de preciosista sonido “setentero”, bebiendo mucho (sin ser tan funk como algunos de sus trabajos) de la propia carrera de Glenn Hughes, especialmente de sus discos con Joe Lynn Turner y de sus primeros años con Trapeze y Deep Purple, algo menos de la de Joe Bonamassa (sin ser tan puramente blues) y otro tanto del rock clásico y hard rock en general de esos ya lejanos años 70s. Tanto, es justo insistir en ello, que lejos de las producciones (sobre)potentes y (sobre)saturadas de hoy día, parece más bien grabado en uno de aquellos años y con el más atento de los productores.
Una apuesta, en definitiva, muy concreta que sin duda debe convencer a los amantes de ese tipo de música, por mucho que pueda pasar desapercibido para el resto.
De momento, los que ya le hemos podido prestar atención lo disfrutaremos al máximo.
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