El siempre difícil segundo disco (para los que generaron expectativas con el primero) llega con la firma de Crazy Lixx como toda una apuesta por ser la primera vez que esta joven banda nórdica compone un listado de temas completo pensado para un LP.
Recordemos que su anterior “Loud Minority” fue la culminación de esos años primerizos en los que el grupo venía lanzando paulatinamente singles y que incluía algunos de ellos, junto a otros temas de toda esa época. “New Religion”, sin embargo, está pensado, compuesto y grabado para ser “un álbum”, y eso se tenía que notar.
En que es más homogéneo, desde luego, en que se nota una dirección más clara, en que el sonido es más compacto... y quizás en que hay menos singles potenciales que destaquen dentro de un conjunto rocoso.
Rocoso, sí, rockero, aguerrido, más duro y (ma)duro y posiblemente más deudor, si cabe, de ese sonido hard ‘n heavy propio de finales de los 80s y principios de los 90s, especialmente heredero de Skid Row. Aunque no nos confundamos, claro, la línea sigue siendo la misma, aunque esté evolucionada. Todo un bloque poderoso para dejar la competencia servida con Crashdïet y Hardcore Superstar por ser la banda puntera de su generación. Crazy Lixx han jugado fuerte y en breve (que ahora va todo muy rápido) veremos qué pasa.
Es posible, sí, que no consiga la notoriedad que sí tuvo el primero, pero eso es lo que viene pasando con todas las bandas de esta generación sueca que consiguen dar la campanada, y no parece que tenga que ver obligatoriamente con un descenso en la calidad de su música. De hecho, hemos visto como pasaban desapercibidos discos probablemente mejores que anteriores “bombazos” del mismo autor. Pero se convierten en estrellas durante un tiempo y luego las vamos olvidando en favor de otra novedad. En el caso de Crazy Lixx será, si pasa, quizás por ese cambio de orientación desde un disco hecho de singles potencialmente buenos para la radio a otro trabajado como un conjunto más homogéneo y duro. Y posiblemente, si pasa, será porque el disco hecho “de singles” (algo, por otro lado, tan válido como interesante) nos viene mejor, por inmediatez, para seguir con esa costumbre de escuchar una vez, endiosar al autor, y no volver a prestarle mucha atención. Que lo de madurar un disco puede que se haya pasado de moda.
Pero en fin, como parece que lo que han conseguido con “New Religion” la merece, esperemos que tengan suerte. Y que su carrera sólo vaya para arriba, que eso inevitablemente significará otros muchos buenos ratos para los que amamos el Hard Rock.
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