Tres discos, tres cantantes diferentes, grandes éxitos como el del debut, duros golpes como el de la muerte de su primer frontman y un bajón mediático (parece que superado) en el siempre difícil segundo álbum acumula ya esta joven banda sueca en sus todavía cortos años en la escena. Y todavía sigue en pie. Y lo que es más, parece que recuperando popularidad y primera plana mediática con este tercer trabajo, para el que ponen toda la carne en el asador.
Nuevo vocalista de voz y presencia más impactante, imagen potenciada en ese estilo rockero muy gamberro hasta terrenos de lo más llamativos (destacando ese clip que han grabado para el single homónimo y que ya ha sido censurado en la MTV sueca por su violencia extrema, en una maniobra que seguro les reportará la atención de más público) y una mejor promoción se añaden ahora a un estilo deudor de los grandes del sleazy y el hard n heavy de los 80s que se va reformando, disco a disco, en algo más personal y actualizado que compensa el riesgo de desenganchar a quienes los comenzaran a escuchar por su orientación “retro” en el uso de las claras influencias de Mötley Crüe o Skid Row con el ya evidente peso del público “propio” de esta nueva generación nórdica y su sonido.
Más suyo, por tanto, con el mérito añadido que eso conlleva, además de igualmente atractivo y con gancho, muy rockero y lleno de actitud joven, macarra y divertida. No cabe duda, por tanto, de que puede ser un golpe importante en su carrera.
Añadido, además, a que algunas otras de las formaciones suecas de su generación también parecen empezar a consolidarse, puede que toda una señal de que estamos viviendo el asentamiento de una escena que, más allá de la moda pasajera, puede dominar el hard rock europeo por años. Si es para regalarnos discos como éste o el último de Crazy Lixx, bienvenida sea.
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