Tantos años hace que pocos se acuerdan ya de Elf, pero lo cierto es que, en ese repaso a la carrera de Ronnie James Dio que se hace tan imprescindible estos días, esta banda se muestra claramente como un punto crucial y el auténtico trampolín hacia el éxito para el desaparecido genio.
Había estado implicado en varias formaciones rock’n’rolleras sin llamar poderosamente la atención desde hacía tiempo, sí, pero el talento acaba por descubrise, y cuando la falta de contratos discográficos amenazaba con depararle a Elf la misma suerte que a cualquiera de aquellas formaciones anteriores acabó por llegarles el premio gordo a la paciencia.
Y qué premio. Deep Purple, los Deep Purple de “Machine Head” y “Made In Japan”, buscaban banda para que abriera sus directos, y tan grata impresión tuvo Roger Glover de su reunión con la banda del elfo que hasta se ofreció a producirles también el tan ansiado álbum.
Pero girar con la que entonces era una de las bandas más grandes del mundo y tener un disco en el mercado, el debut homónimo, no era todo lo que les deparaba el destino. La buena acogida del disco y sus actuaciones como teloneros prolongaron su papel de acompañantes de Deep Purple y con eso consiguieron estar en el sitio propicio en el momento oportuno.
Todos sabemos que aquellos tiempos fueron de importantes cambios para Deep Purple, y con la ruptura de la que muchos consideran la mejor alineación de los británicos llegó la oportunidad definitiva para Dio.
Primero, Coverdale y Hughes sustituyeron a Gillan y a un Roger Glover que se empezaba a dedicar ya más a sus propios proyectos, incluida su faceta de productor (también para Elf) y pronto Ritchie Blackmore acabó por cansarse de la nueva dirección musical del grupo y se decidió a formar una nueva banda.
¿Y a quién mejor iba a acudir para ser el frontman de ese nuevo grupo que al cantante del esos esforzados teloneros que tanto estaba impresionando?
Ése, como sabemos, fue el principio de Rainbow y, consecuentemente, el final de Elf. Pero en el proceso y al amparo del gigante púrpura, los elfos habían editado otros dos discos: “Carolina County Ball” y “Trying To Burn The Sun”.
Y sí, quizás no hayan conseguido la notoriedad histórica que haya podido tener “Elf” (1972) por aquello de ser el primer “disco grande” de Dio, pero sí que consiguieron asentar musicalmente al grupo en un blues rock, boggie rock o bluesy-hard rock (como lo queramos llamar) que consiguió altas cotas de calidad, dejó un buen puñado de grandes temas y, aunque esto ya sea algo más subjetivo, un trabajo redondo y homogéneo en su segundo álbum.
“Carolina County Ball” consiguió con acierto un variado conjunto de temas directos y con gancho ajustando ese necesario espacio para el desarrollo instrumental tan característico de la época y gracias a una producción afortunada (recordemos, de R. Glover) y al estelar papel de un Dio que firma (es una opinión) su primera grandísima actuación a las voces.
Todo ello en este listado de canciones que bien merece el recuerdo, desde el pegadizo boggie rock a medio tiempo del tema homónimo hasta, por ejemplo, el desatado rock ’n' roll de “Do The Same Thing”, pasando por la belleza de “Rainbow” o los diferentes matices de “Rocking Chair Rock N Roll Blues”.
No nos lo perdamos, pues, y que sirva también de tributo:
1. "Carolina County Ball" - 4:46
2. "L.A. 59" - 4:21
3. "Ain't It All Amusing" - 5:01
4. "Happy" - 5:28
5. "Annie New Orleans" - 3:01
6. "Rocking Chair Rock'n'Roll Blues" - 5:36
7. "Rainbow" - 4:00
8. "Do the Same Thing" - 3:10
9. "Blanche" - 2:31
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