martes, 14 de octubre de 2008

1976 - E.L.O. - A New World Record


Certeras melodías heredadas de los Beatles más inspirados, una exhuberancia sinfónica que descubre a las claras gran admiración por la música clásica y un preciosista tratamiento muy del gusto del rock progresivo y sinfónico de los primeros 70s. Todo eso, realzado con el mayor cuidado que se haya dedicado a la producción en todos los años de la música popular, es lo que presentaba la Electric Light Orchestra en los años 70’s, indiscutible época dorada de su trayectoria.

Formados por Jeff Lynne (uno de los tipos de mayor talento para la melodía que ha dado el rock) y Roy Wood (líder de los sesenteros Move) precisamente como lo que había de ser la nueva encarnación de la banda de este último, la E.L.O. trascendió en seguida y casi “a golpe de violín” la apuesta que podía presentar el viejo grupo de Wood para establecerse como una entidad propia.

Éxito en mano desde sus primeros trabajos, reconocidas obras maestras del rock sinfónico de la época y siempre reconocibles ante cualquier otra banda por la importancia que otorgan a los arreglos de cuerda, además de a todo tipo de matices, se apuntaron otro salto de popularidad a partir de su tercer álbum gracias a las constantes referencias a los cuatro de Liverpool que la crítica comenzó a ver en su música.

Más popular todavía (aunque quizá nunca a la altura que mereció un grupo que no llegó en fama a la altura de los más grandes de los 70s), y señal de ese talento inquieto de Lynne siempre dispuesto a experimentar, fue la apertura hacia otros sonidos que en los últimos 70s les llevó a transitar por los caminos de la emergente música disco exhibiendo el que puede ser el “mejor gusto” con el que se haya tratado nunca a ese género.
A mitad de camino de todo esto y en pleno apogeo creativo y popular, “A New World Record”, efectivamente, un disco “nuevo”, casi mesiánico, para el “nuevo mundo”.

¿Y qué trae a ese“nuevo mundo”? Pues rock ‘n roll de cariz potente que rescata lo más clásico desde los primeros años de esta música y a la vez exhuma personalidad –“Do Ya”, “Rockaria!”-, pop rock de deliciosas melodías al gusto “beatle” y “do-wop” de los 60’s –aquí y allá y sobrevolando todo el disco-, sobrecogedores momentos para la balada –“Shangri-la”, “Telephone Line”-, pinceladas del advenimiento del “disco” que abordaría sin complejos su siguiente “Out Of The Blue” –“Livin’ Thing”- y un sinfín de arreglos sinfónicos y detalles de producción que hechos en 1976 deberían sonrojar a los caros presupuestos que hoy se dedican a resultados menores, de la misma manera que deberían alertar al oyente de que éste es un trabajo a escuchar en el más absoluto silencio y con enorme atención. Todo esto, repartido como sigue, además de con las muestras siguientes:

1. "Tightrope" – 5:03


2. "Telephone Line" – 4:38


3. "Rockaria!" – 3:12


4. "Mission (A World Record)" – 4:25
5. "So Fine" – 3:54
6. "Livin' Thing" – 3:31


7. "Above The Clouds" – 2:16
8. "Do Ya" – 3:43
9. "Shangri-La" – 5:32


En su día disco número 1 en Canadá y Australia, número 5 del Billboard americano y 6 de las listas inglesas, y hoy, ante todo y para despistados, una buena manera de empezar a conocer uno de los capítulos más interesantes que ha dado el rock. Porque en este terreno no hay por qué tenerle miedo a rescatar lo que el tiempo ha engullido y, sí, porque también en esto del rock hay sitio para oídos delicados.

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