Hubo una época, aquella transición hacia los 80s que tan
importante fue en la evolución del rock duro, en la que los grandes grupos de
los 70s fueron cerrando sus etapas de gloria. En algunos casos, para empezar otras,
pero siempre dejando atrás una parte del sonido de esa década en la que se
coronaron, y casi siempre con grandes discos en directo que recogían el mejor
material de aquellos años.
Los “hijos” de Deep Purple lo hicieron (Rainbow con “On
Stage” y Whitesnake con “Live... in the Heart of the City”), Thin Lizzy hizo lo
propio, KISS nos regaló su “Alive II” y Scorpions o Judas Priest cumplieron con
su parte “en el Este”, todos ellos entre el ’77 y el ’80, y todos dejando
algunos de los mejores trabajos en directo que haya dado esta música.
Blue Öyster Cult, el gran “dinosaurio” americano, que había
sido uno de los primeros en llegar, puso también fin a estos años de cambio con
su broche en vivo en el ‘82.
En su caso, además, el sentimiento de “final de una era” fue
todavía mayor. Porque los de Nueva York rompían en esta gira, la de “Fire of
Unknow Origin”, una alineación original que había permanecido inalterable más
de una década. Y porque, al pasar los años, se ha visto que también dejaban
atrás su mejor época en lo musical.
Vendrían otros muchos buenos discos, y otros estilos
llegarían para enriquecer su propuesta. Pero difícilmente se puede discutir que
lo más brillante de su producción quedó allí.
Eso sí, si se trataba de cerrar su etapa de gloria, “Extratrerrestial
Live” lo hizo por todo lo alto.
Quizá sin lucir una grabación fantástica, con un sonido sin
retocar, pero de una manera poderosa, honesta, haciendo participar al público,
estirando o modificando las versiones de estudio, adornándolas con “jams” y
solos y, en definitiva, poniendo de la mejor manera posible ese “añadido” que
debe tener un disco en directo.
“Extraterrestrial Live” no era su primer disco de este tipo,
pero ese “algo especial” que tenía el momento lo encumbró a nuevas cotas, y se
hizo notar incluso en el repertorio. Y es que cada uno de los 8 discos de
estudio anteriores, los 8 de la formación original, se vio representado al
menos por un tema, lo que en un disco de 13 cortes es algo que parece
consciente y significativo. Qué mejor manera de cerrar una etapa que con algo
parecido a un “grandes éxitos” en directo.
A cada fan “le faltará” su tema especial (yo hubiera añadido
“Flaming Telepaths” o “Astronomy”), pero aunque BÖC es un grupo que se ha
prodigado mucho en los directos, para la mayoría éste es el de mejor
repertorio. Y con todo lo anterior, eso lo convierte en un clásico
imprescindible para sus seguidores, y una inmejorable manera de empezar a
conocerlos para los que todavía no lo sean.
De los 13 temas, 11
salen de la famosa gira de “Fire of Unknown Origin” (y eso explica que sea el
disco más representado, con 3, en el track list), a mitad de la cual fue
expulsado Albert Bouchard, batería original del grupo y hombre importante
también en la composición. Se sabe que en esa época tenía ciertos problemas
“personales” que lo llevaron a presentarse tarde en varios de los conciertos de
la gira, llegando incluso en 2 ocasiones a comenzar el grupo la actuación con
el “roadie” Rick Downey, y añadiéndose Bouchard a medio show. La gira acabó con
Downey como batería oficial de BÖC y Albert Bouchard centrándose en solitario
en el proyecto que hubiera querido para un grupo (la ópera rock “Imaginos”) que
viraría hacia otros terrenos algo más “comerciales”, pero que sin embargo acabaría
publicándose años más tarde con la participación y bajo el nombre de Blue
Öyster Cult.
En esos 11 temas podemos escuchar a Downey a la batería.
Pero BÖC quiso mantener la presencia de Bouchard en el lanzamiento, y los otros
dos fueron extraídos de la gira inmediatamente anterior, la que realizaron
junto a los Black Sabbath del “Heaven and Hell” en el ya mítico “Black And Blue
Tour” y que había sido grabada para un lanzamiento en VHS.
La cosa, pues, quedó como sigue:
- “Dominance and Submission”. Grabado en NY en 1980, es uno de los dos temas en los que estuvo Albert Bouchard. Único representante de “Secret Treatries”, que sin embargo es uno de sus trabajos más reconocidos, sirve para abrir de una manera poderosa el disco. Impagable la aportación del público gritando algo tan bizarro como “Dominance! Submission!”.
- “Cities On Flame with Rock and Roll”. El gran clásico del disco debut abre la lista de canciones grabadas en 1981 ya con Downey en la batería. De nuevo, único representante de su disco.
- “Dr. Music”. Y lo mismo se puede decir de “Dr. Music” respecto a su disco “Mirrors”. El cambio de registro entre su debut y este disco de finales de los 70s es notable, y con esto el directo va añadiendo diferentes texturas. Como la anterior, grabada en diciembre del 1981, durante el final de la gira.
- “The Red And The Black”. Primer tema grabado en el show al que pertenecen la mayoría de los siguientes, histórico concierto de octubre del ’81 en Hollywood que fue también grabado en video. Y primero de los dos representantes de “Tyranny and Mutation” que, cómo no, aporta parte de lo más potente disco.
- “Joan Crawford”. El primero de los temas de “Fire of Unknown Origin” sigue añadiendo registros a base de piano y preciosas melodías.
- “Burning for You”. Y si hay que presentar a “Fire of Unknown Origin”, qué mejor que su hit single.
- “Roadhouse Blues”. Blue Öyster Cult siempre fue uno de esos grupos a los que les gusta añadir algún “cover” a sus directos. “Born To Be Wild”, por ejemplo, se había convertido ya en un “bis” clásico para sus actuaciones. Pero en 1981 Robby Krieger, guitarrista original de los entonces ya extintos The Doors, se hallaba en una época de búsqueda de diversos proyectos, y colaboró en repetidas ocasiones con BÖC añadiendo su guitarra en directo, como en este caso, y posteriormente también en estudio. Y para presentar a Krieger, claro, qué mejor que tocar el “Roadhouse Blues” de The Doors. Fenomenal actuación de todo el grupo, por cierto, y especialmente la de Eric Bloom, de la que hubiera estado más que orgulloso el mismísimo Jim Morrison.
- “Black Blade”. Originalmente lanzado como doble directo, ésta era la apertura del segundo disco. Y como en el primero, se insertó para empezar un corte anterior con Albert Bouchard a la batería. En este caso, el único tema de “Cultosaurus Erectus”.
- “Hot Rails to Hell”. De vuelta a 1981, a Rick Downey, y a “Tyranny and Mutation”.
- “Godzilla”. Y turno para “Spectres”, que aporta sólo su tema “franquicia”. Inevitable en sus directos y espectacular en aquella época, en la que una reconstrucción gigante del monstruo aparecía sobre el escenario escupiendo humo y luces.
- “Veteran of the Psychic Wars”. El
tercer y último tema de “Fire of Unkown Origin” es uno de los momentos más
celebrados del disco. Si en todo lo anterior el grupo ya había demostrado
su pericia con los instrumentos, el solo con el que Buck Dharma adorna en
directo a este colosal tema ha sido reconocido siempre por la crítica y
los fans como uno de los mejores que se hayan grabado nunca en los más
clásicos directos de la historia del rock duro. Una demostración más de
uno de los mejores guitarristas del género, aunque sea sin embargo uno de
los menos populares de las “grandes ligas”.
- “E.T.I. (Extra Terrestrial Intelligence)”. Y después del momento mágico del disco, aguarda la traca final con los dos temas de su celebrado “Agents of Fortune”, habituales para el final de su repertorio. Primero el que da nombre a disco.
- “(Don’t Fear) The Reaper”. Y por último el que es posiblemente su tema más conocido y su single de mayor éxito, siempre cerrando con ese halo de misterio sus actuaciones.